Los días de descanso quedan atrás y no todos enfrentamos el regreso al trabajo o a las labores escolares de la misma forma. Para muchos, esto se manifiesta como angustia, ansiedad, debilidad, falta de concentración, bloqueos mentales, insomnio y hasta dolores musculares, que podrían asemejarse a una depresión clínica. Pero tranquilo, no lo es. Esto se conoce como síndrome post vacacional.
Desafortunadamente, en Chile no existen estudios al respecto, pero de acuerdo con estadísticas del Instituto Superior de Estudios Psicológicos de España (ISEP), cerca del 35% de la población podría sufrirlo cuando vuelven a su rutina. Sus causas estarían asociadas, principalmente, a los cambios en los horarios y hábitos alimenticios que se producen durante vacaciones, además de la presión por volver a rendir en el ámbito laboral o la insatisfacción que puede causar la labor que se realiza.
No obstante, en este periodo resulta fundamental no automedicarse. No existe un tratamiento específico para este síndrome, ya que suele desaparecer por sí sólo una vez que la persona se readapta a su rutina. Pese a esto, a mediados del año pasado, los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) alertaron sobre una peligrosa y explosiva alza de intoxicaciones por el consumo de sustancias que ayudan a enfrentar alguno de los síntomas, como la melatonina, una hormona que influye en el ciclo del sueño y vigilia. Y como toda sustancia que se ingiere, ésta podría traer efectos secundarios como somnolencia diurna, náuseas, dolor de cabeza y mareos. Lo mismo pasa cuando se consumen sustancias naturales que podrían ser contraproducentes, sobre todo, si se toman medicamentos de forma periódica.
Los expertos son enfáticos en señalar que no se requiere de un tratamiento farmacológico para tratar este síndrome y que la solución a éste viene de la mano de sencillas acciones antes de volver al trabajo: organizar los horarios, reestablecer rutinas, respetar horarios de descanso y, lo más importante, retomar algún tipo de actividad física. Los síntomas no deberían durar más de un par de semanas, pero si persisten por más tiempo, es necesario consultar con un especialista. No podemos olvidar que lo fundamental siempre será alcanzar el bienestar a través del autocuidado.
Equipo Prensa
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