Según la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito de Chile, el consumo de alcohol está relacionado con un 34% de los accidentes de tránsito en el país y es una de las principales causas de lesiones y muertes en accidentes de tráfico.

De acuerdo a la empresa de seguridad, control y optimización vehicular Central GPS, conducir con menos de 5 horas de sueño puede aumentar el riesgo de accidentes en un 60%. La fatiga afecta la capacidad de reacción, la concentración y puede causar microsueños al volante. Además, de acuerdo a la firma, la privación del sueño durante más de 18 horas puede tener efectos equivalentes a una concentración de alcohol en la sangre de 0.5 gramos por litro.

En tanto, según Central GPS, manejar bajo los efectos del alcohol disminuye la capacidad de respuesta, afecta la visión y reduce la coordinación motora. En Chile, conducir con una concentración de alcohol en la sangre superior a 0.3 gramos por litro es considerado una infracción grave. Los conductores ebrios tienen hasta 7 veces más probabilidades de verse involucrados en un accidente fatal en comparación con conductores sobrios.

“Tanto la falta de sueño como el consumo de alcohol son factores que pueden afectar gravemente la capacidad de manejo y la seguridad vial. Ambos pueden reducir la capacidad de reacción, la concentración y la toma de decisiones, lo que aumenta significativamente el riesgo de accidentes. Conducir con sueño puede ser tan peligroso como conducir bajo los efectos del alcohol”, indicó Francisco Romero, gerente de Operaciones de Central GPS.

La falta de sueño afecta la capacidad de concentración, ralentiza los tiempos de reacción y puede llevar a que el conductor se duerma al volante. Según la Fundación Nacional del Sueño (NSF) de Estados Unidos, estar despierto durante 24 horas consecutivas es equivalente a tener un contenido de alcohol en la sangre de 0.1%, lo cual sobrepasa el límite legal de intoxicación en muchos países.

“El alcohol es una sustancia psicoactiva que afecta el sistema nervioso central, reduciendo las habilidades motoras y cognitivas necesarias para conducir de manera segura. Los efectos del alcohol al conducir pueden variar según la cantidad ingerida, la concentración alcohólica en la sangre, y factores personales como el peso, la edad, y el estado de salud”, explicó Romero.

Por ejemplo, dijo, con una concentración alcohólica de 0.1% en la sangre, el riesgo de sufrir un accidente se incrementa hasta 9 veces. Además, tomar alcohol antes de dormir puede interferir con la calidad del sueño, agravando la somnolencia y el peligro de accidentes al día siguiente. Las estadísticas indican que hasta el 20% de los incidentes de tráfico graves están relacionados con la privación de sueño, y la probabilidad de uno aumenta significativamente con cada hora de sueño perdida”, comentó Francisco Romero.

El ejecutivo sostuvo que es esencial que los conductores tomen medidas para evitar manejar bajo estas condiciones; abstenerse de consumir alcohol antes de conducir y asegurarse de tener un sueño adecuado, especialmente antes de viajes largos. Para una conducción segura, lo más recomendable es priorizar el sueño, evitar conducir si te sientes somnoliento, no combinar sueño y alcohol, planificar los viajes, respetar los límites de velocidad y utilizar sistemas de asistencia, finalizó.

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