Día Mundial del Parkinson
- Según estimaciones globales, se proyecta que para 2040 la enfermedad afectará a entre 12 y 17 millones de personas.
- El Dr. Philippe Salles, neurólogo del Centro de Trastornos del Movimiento de Chile, explica que los síntomas de la enfermedad no siempre coinciden entre los pacientes.
- En Chile, se estima que más de 30 mil personas conviven con esta condición1, para la cual aún no existe una cura.
Santiago, abril 2025.- Más de 10 millones de personas en el mundo viven con Parkinson, uno de los trastornos neurodegenerativos más comunes, que afecta el movimiento, provoca alteraciones del ánimo, cognitivas, del sueño, de la presión arterial y gastrointestinales, entre otras, lo que deteriora significativamente la calidad de vida. A medida que la enfermedad progresa, también puede ocasionar dificultades para tragar, hablar y mantener el equilibrio. En Chile, entre 30 mil a 40 mil personas viven con enfermedad de Parkinson, y la prevalencia alcanza 1.6 casos por 100 mil habitantes. Entre 1990 y 2016, Chile lideró el aumento en la prevalencia de la enfermedad en Latinoamérica, con un incremento de casi el 20%.
Aunque la prevalencia del Parkinson es mayor en adultos mayores, los especialistas en neurología de la región advierten sobre un aumento sostenido en el número de diagnósticos, impulsado por factores como la mayor esperanza de vida, la urbanización y la exposición a contaminantes ambientales, que podrían estar influyendo en el desarrollo de la enfermedad. Según estimaciones globales, se proyecta que para 2040 la enfermedad afectará a entre 12 y 17 millones de personas1, lo que subraya la urgente necesidad de fortalecer el diagnóstico temprano y garantizar un tratamiento oportuno que permita mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.
El Dr. Philippe Salles, neurólogo del Centro de Trastornos del Movimiento y Clínica Universidad de Los Andes de Chile, subraya que los síntomas de la enfermedad no siempre coinciden entre los pacientes. “Aunque el temblor es uno de los signos más conocidos, solo alrededor del 50% de las personas diagnosticadas con Parkinson experimentan este signo como manifestación inicial, y aproximadamente el 20% nunca lo presentan. Esta variabilidad dificulta la identificación temprana, lo que puede retrasar la consulta médica”, indica.
Además, el Dr. Salles destaca que otros síntomas menos evidentes, pero igualmente importantes, que afectan la movilidad y el bienestar general son la rigidez muscular y la lentitud de los movimientos, los cuales incluso suelen predominar en muchas personas. “Es fundamental entender que, en algunos casos, estos signos iniciales pueden ser sutiles, pero el neurólogo puede identificarlos en su evaluación. Por ello, es crucial acudir al especialista para una detección temprana y un tratamiento adecuado. Actuar en las primeras etapas de la enfermedad puede marcar una diferencia significativa en la calidad de vida”, explica.
Por su parte, el Dr. Camilo Contreras, neurocirujano del Hospital Nacional Guillermo Almenara, explica que el origen del Parkinson es multifactorial: “Aproximadamente el 15 % de los casos está relacionado con antecedentes familiares, mientras que en el 85 % restante no se identifica una causa específica, e incluso se ha observado que aspectos medioambientales, como la exposición a ciertas sustancias utilizadas en el control de plagas, podrían desempeñar un papel en su desarrollo. Esta complejidad en los factores causales dificulta la implementación de estrategias preventivas definitivas”.
El Dr. Carlos Alberto Ciraolo, jefe de Neurocirugía Funcional del Hospital Italiano de Buenos Aires, donde se registran de 100 mil casos de Parkinson, destaca que, aunque aún no exista una cura definitiva para la enfermedad, sí existen opciones para controlar sus síntomas y mejorar la calidad de vida.
“El tratamiento farmacológico y la cirugía de neuromodulación, como la estimulación cerebral profunda (DBS, por sus siglas en inglés), una intervención mínimamente invasiva que regula el movimiento mediante impulsos eléctricos, son dos de las alternativas más efectivas para ralentizar la progresión de los síntomas”, explica Ciraolo. Además, enfatiza que este procedimiento debe ser indicado por el especialista, quien evalúa cada caso de manera individualizada.
Los especialistas coinciden en la importancia de un enfoque integral para el manejo del Parkinson, que incluye atención médica, terapias complementarias como fisioterapia, terapia ocupacional y apoyo psicológico. Este abordaje no solo mejora la calidad de vida y la movilidad del paciente, sino que también favorece su adaptación a la enfermedad. Además, el acompañamiento familiar es fundamental para garantizar la adherencia al tratamiento y enfrentar los desafíos diarios de manera efectiva.
Para conocer más sobre el Parkinson, su impacto y testimonios de pacientes que han accedido a un tratamiento oportuno, visita https://parkinsonyyo.com/, una plataforma que recursos informativos para quienes enfrentan esta enfermedad.