Dr. Lucas Opazo, académico de la carrera de Kinesiología de Universidad de Las Américas, UDLA.
Dr. Lucas Opazo, académico de la carrera de Kinesiología de Universidad de Las Américas, UDLA.

La obesidad y las enfermedades asociadas continúan siendo uno de los mayores desafíos de salud pública en Chile. Según el World Obesity Atlas 2025, el panorama no es alentador, pues se proyecta que este año el 83% de los adultos chilenos tendrá un índice de masa corporal (IMC) alto y que un 42% padecerá obesidad. Además, señala que más de 14 millones de personas en el país podrían presentar sobrepeso u obesidad, incrementando de manera considerable el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas relacionadas como la diabetes tipo 2, patologías cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.

La enfermedad del hígado graso asociada a disfunción metabólica (MASLD, por sus siglas en inglés) se ha convertido en una de las grandes amenazas silenciosas del siglo XXI. Hoy afecta a más del 30% de la población mundial y su prevalencia continúa en aumento, impulsada por el sedentarismo, obesidad y diabetes tipo 2. Por lo anterior es que la búsqueda de nuevos tratamientos que no solo ayudan a controlar el peso corporal en personas con obesidad, sino también puedan prevenir o revertir los daños metabólicos asociados, lo que resulta fundamental.

En este contexto, un reciente estudio liderado por el académico de la carrera de Kinesiología de Universidad de Las Américas, Dr. Lucas Opazo, en conjunto a investigadores de varias instituciones españolas, fue publicado en la revista International Journal of Molecular Sciences, aportando nuevas luces sobre un posible tratamiento farmacológico que podría cambiar el panorama. Se trata de la semaglutida, un medicamento conocido por su eficacia en el control de la glicemia y peso corporal, que podría tener además un efecto hepatoprotector directo.

La investigación, desarrollada durante once semanas, analizó el impacto de la semaglutida sobre distintos parámetros metabólicos y hepáticos. Los resultados fueron alentadores: los animales tratados mostraron un importante control de la glicemia, el peso corporal y los marcadores de daño hepático, junto con una reducción significativa de la grasa acumulada tanto en el cuerpo como en el hígado.

En este sentido el investigador Lucas Opazo afirmó que “estos hallazgos son de suma importancia, ya que demuestran que este fármaco mejora múltiples parámetros de disfunción metabólica y hepática, incluso de manera independiente a la ingesta calórica diaria”. Adicionalmente, el tratamiento con semaglutida optimizó la “calidad” de lípidos intrahepáticos, favoreciendo la síntesis de lípidos hepatoprotectores y redujo los de acción lipotóxica que promueven el daño hepático. “Esto abre una nueva vía terapéutica para millones de personas afectadas por complicaciones de la obesidad y vislumbra un panorama muy auspicioso para las nuevas generaciones de fármacos agonistas GLP-1 como tirzepatide, retatrutide y survodutide”, afirmó.

Chile, se posiciona como uno de los países con mayores índices de obesidad a nivel mundial y las consecuencias para el sistema de salud son catastróficas, por lo tanto, el potencial de un fármaco capaz de proteger el hígado más allá del control del peso corporal representa una noticia esperanzadora tanto para la comunidad médica como para los pacientes.

 

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