-Susan Bueno y Manuel Álvarez, del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia.
“La deficiencia de vitamina D es endémica en Chile”, afirma la doctora Susan Bueno, académica UC e investigadora del IMII.
- Se estudia el efecto de esta carencia en la neumonía bacteriana y las infecciones transmitidas por alimentos. La primera causa cerca de 2,4 millones de muertes al año en el mundo, mientras que la diarrea provoca más de 500 mil decesos anuales en niños menores de 5 años.
- “Múltiples factores medioambientales incrementan la susceptibilidad a inflamación intestinal, como la dieta, el estrés, la baja exposición al sol, entre otros. Este último se relaciona con bajos niveles de vitamina D en el cuerpo”, sostiene el médico gastroenterólogo Manuel Álvarez, académico UC e integrante del IMII.
La vitamina D es un nutriente indispensable para la salud. Se puede obtener por la exposición de la piel al sol, así como consumiendo sobre todo pescados grasos, aceites, huevos, paté de hígado, queso, leche y mantequilla.
Ayuda al cuerpo a absorber el calcio, una de las principales sustancias necesarias para tener huesos fuertes. Junto con dicho mineral, la vitamina D contribuye a prevenir la osteoporosis, una enfermedad que hace que los huesos se vuelvan débiles. Además, los músculos la necesitan para el movimiento y los nervios la emplean para transmitir mensajes entre el cerebro y otras partes del organismo.
Es fundamental, por otra parte, para que el sistema inmunitario pueda combatir las bacterias y los virus que lo atacan. En este ámbito se inscriben dos sendos estudios de Susan Bueno y Manuel Álvarez, investigadores del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia (IMII) y académicos de la Pontificia Universidad Católica de Chile (UC), que proponen que la deficiencia de esta vitamina hace más susceptible al organismo humano a infecciones bacterianas agudas y al desarrollo de condiciones autoinmunes como las enfermedades inflamatorias intestinales. Por esto, el diagnóstico de la falta de este nutriente y su apropiado tratamiento sería prioritario para reducir la incidencia de este tipo de enfermedades.
Las enfermedades infecciosas son una de las principales causas de mortalidad del orbe, sobre todo entre los niños más pequeños y los ancianos. En la primera población, por ejemplo, la neumonía lidera los fallecimientos, con 740 mil en el año 2019, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). A nivel general, los decesos bordean los 2,4 millones. Además, unos 336 millones de personas sufren anualmente infecciones de las vías respiratorias bajas. Mientras, la diarrea es la segunda causa de muerte en niños menores de 5 años: 525 mil anualmente, según la OMS. Los casos en la población infantil alcanzan los 1.700 millones, indica el organismo.
La Unicef ha calculado que, entre los años 2000 y 2016, casi 34 millones de niños murieron por neumonía o diarrea.
VITAMINA D EN CHILE
La Encuesta Nacional de Salud del año 2016 fue el primer estudio poblacional en Chile que arrojó datos acerca de la vitamina D, con una muestra representativa de cobertura nacional. En este caso, los grupos objetivos del estudio fueron mujeres en edad fértil entre 15 y 49 años, y adultos mayores desde los 65 años. La medición da cuenta de que la población con algún grado de deficiencia de vitamina D en Chile llega al 84%. En el caso de las mujeres en edad fértil (menores de 50 años), el estudio reveló que el 16% posee un déficit severo, mientras que en la población de adultos mayores los casos severos son más frecuentes, alcanzando al 21,5% de las personas examinadas.
Por otra parte, un estudio en niños de entre 4 y 14 años de edad, realizado en 2019 en Santiago, Concepción y Antofagasta, arrojó que más de las tres cuartas partes de ellos presentaban bajos niveles de vitamina D.
RESPUESTA INMUNITARIA
En la investigación de la profesora de la Facultad de Ciencias Biológicas UC, patrocinada por el concurso regular Fondecyt 2023, se busca establecer si la vitamina D afecta las respuestas de los neutrófilos, una de las primeras células inmunitarias que reaccionan cuando microorganismos entran al cuerpo durante las infecciones bacterianas agudas.
Según explica la microbióloga, la vitamina D “ha surgido en los últimos años como un prometedor inmunomodulador de diferentes células involucradas en la respuesta inmunitaria innata y adaptativa, incluidos los neutrófilos. Concretamente, esta vitamina puede modular la producción de citoquinas -pequeñas proteínas cruciales para controlar la proliferación y la actividad de otras células del sistema inmunitario y las células sanguíneas- en los neutrófilos y mejorar su capacidad de eliminación de bacterias al potenciar la producción de péptidos antimicrobianos en estas células”.
En el proyecto, se indica que hay varios estudios clínicos y epidemiológicos que han asociado la deficiencia de vitamina D con un mayor riesgo de infecciones graves, pero también se advierte que los datos actuales de inmunomodulación de la vitamina D en el contexto de la infección por neumococo son estudios que no abordan el papel potencial de este nutriente en la defensa y supervivencia del hospedero. Además, se afirma que se han realizado pocos estudios que muestren el efecto de la deficiencia de vitamina D en la infección causada por Salmonella.
Se busca comprobar la hipótesis de que la vitamina D modula la respuesta de los neutrófilos en las infecciones bacterianas agudas, favoreciendo la eliminación de las bacterias y previniendo el daño a los tejidos infectados. Esto, a través de “la evaluación del papel de esta vitamina en la inflamación, la defensa del hospedero y la función de los neutrófilos durante la infección pulmonar por neumococo y Salmonella”, explica Susan Bueno.
Asimismo -dice la doctora en Ciencias Biomédicas-, se evaluará si la administración de calcitriol -medicamento que contiene la forma activa de la vitamina D- mejora la defensa del hospedero frente al neumococo, que es el microorganismo patógeno que más causa la neumonía, y frente a la bacteria que provoca la salmonella. También se analizará si la vitamina D modula directamente la función antimicrobiana y el perfil inflamatorio de los neutrófilos en respuesta a ambas bacterias
La profesora de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UC resalta: “Dada la continua aparición de patógenos bacterianos más virulentos y resistentes a múltiples fármacos y al estado de deficiencia de vitamina D en la población a nivel mundial, el presente estudio es muy relevante, ya que pretende identificar nuevas formas de mejorar la inmunidad frente a microorganismos patógenos”.
Y apunta que esta investigación “es muy relevante pues la deficiencia de vitamina D es endémica en Chile”.
INFLAMACIÓN CRÓNICA
En el proyecto encabezado por Manuel Álvarez, investigador adjunto del IMII, se indica que las enfermedades inflamatorias intestinales (EII) son un grupo de desórdenes que inducen inflamación crónica de la mucosa tanto del intestino delgado como del intestino grueso. Como explica el académico, dichas patologías se presentan clínicamente en dos principales formas: la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
Los síntomas característicos de las enfermedades inflamatorias intestinales suelen ser diarrea, fiebre, dolor abdominal y presencia de sangre en las heces, que se presentan singularmente o en conjunto, lo que origina episodios de diferente severidad.
Si bien las EII han sido descritas desde el siglo XX, aún no se sabe su causa, mientras que en las últimas décadas se ha observado un aumento de su incidencia, especialmente en países occidentales. En 2017, se estimó que la prevalencia global de las EII era de 84,3 casos en cien mil personas. “Es un aumento significativo -apunta Manuel Álvarez- en comparación con los 79,5 casos por cada cien mil en 1990”. Como se sostiene en la investigación, la industrialización ha modificado el estilo de vida de las personas, lo que ha aumentado la exposición a factores ambientales involucrados en la incidencia de las EII.
El investigador adjunto del IMII afirma que las EII se presentan como un cuadro multifactorial, donde diferentes factores genéticos y ambientales se han asociado a la aparición, desarrollo y severidad de estas patologías. Y añade: “Los últimos estudios indican que, además de la interacción entre los factores genéticos y ambientales para el desarrollo de las EII, el estado de la microbiota intestinal se ha vuelto de gran relevancia. Por consiguiente, al ser una enfermedad multifactorial, se ha dificultado establecer el mecanismo por el que ocurre la inflamación de forma unilateral en los pacientes”.
Dado que las EII han incrementado su incidencia en los países occidentales, han sido investigados los factores ambientales que pueden estar influyendo en este aumento. “En general, las personas que viven en países occidentales presentan un estilo de vida expuesto a múltiples factores ambientales que pueden influir en las EII, tales como el estrés, la dieta, la baja exposición al sol, entre otros”, dice el profesor de la UC. Y complementa: “Este último factor afecta los niveles de vitamina D en el cuerpo y su deficiencia ha sido asociada a la severidad de los episodios sintomáticos de EII”.
En tal sentido -explica Álvarez-, diversos estudios han dado cuenta de la importancia de una concentración adecuada de vitamina D para la mantención de la integridad del epitelio del intestino (es decir, el tejido celular que recubre dicho órgano), del endotelio de los vasos sanguíneos como también del correcto funcionamiento del sistema inmune. El médico gastroenterólogo añade que la vitamina D puede incidir en la expresión génica y modificar vías de señalización importantes tanto en la capacidad del epitelio de desarrollar una respuesta inmunitaria como en su integridad.
“En personas con EII se observa un epitelio intestinal perturbado, lo que permite el aumento de la permeabilidad y la posibilidad del paso de microorganismos intestinales a la pared intestinal. Dado que las células del sistema se encuentran en la pared intestinal, el paso de microorganismos desde el lumen intestinal induce su activación y respuesta inmune, la que se ve desregulada en pacientes con EII. Es por esto que se han investigado los potenciales problemas que pueden presentar las células del epitelio intestinal para establecer una barrera íntegra y mínimamente permeable. Esto evitaría la sobre-detección de microorganismos intestinales y la subsecuente sobre-activación de las células inmunes, lo que previene una respuesta inflamatoria desregulada en pacientes”, expresa el integrante del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia.
“Entender el rol de este importante nutriente en el sistema inmune y cómo afecta a nuestra población es fundamental para orientar de mejor manera el tratamiento de enfermedades que pueden estar asociadas a la deficiencia de vitamina D, considerando las condiciones nutricionales de nuestro país”, acota el doctor Alexis Kalergis, director del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia y profesor titular de la Pontificia Universidad Católica de Chile. “En el IMII apoyamos investigación colaborativa y multidisciplinaria para abordar problemas de salud asociados al sistema inmune, con el fin de generar conocimiento científico de excelencia que pueda contribuir a mejorar la calidad de vida de la población Chilena. Las investigaciones desarrolladas por Susan Bueno y Manuel Álvarez pueden, sin duda, tener un gran impacto a nivel nacional”. (Periodista: Claudio Lobos / Agencia Inés Llambías Comunicaciones)
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