El año 2018 el cientista político Johnny Méndez, entonces de 36 años, sufrió un infarto mientras subía con una sobrina el cerro Manquehuito, en Santiago. Logró identificar los síntomas, pero no quiso dañar la experiencia de su sobrina: tras hacer cumbre y fotografiarse en la cruz, Méndez se dirigió lo más pronto posible a una clínica. A las 11:00 horas del día siguiente entraba a pabellón para realizar una angioplastia y colocar un stent coronario tras descartar un ataque de pánico y continuar con las troponinas en alza.
Este caso es reflejo de una tendencia en alza: el aumento de casos de Infarto Agudo del Miocardio (IAM) en jóvenes. El doctor Juan Delgado, cardiólogo e intervencionista cardiovascular, alerta que “las tasas de IAM en pacientes jóvenes no han disminuido como lo han hecho en las personas mayores, sino que, por el contrario, se mantienen estables e incluso proporcionalmente han aumentado en varios registros de seguimiento”.
El doctor Delgado agrega que “este incremento ha sido más marcado en mujeres jóvenes”. ¿La razón? El médico nombra “mayor carga de comorbilidades como el síndrome metabólico (obesidad abdominal); resistencia a la insulina o intolerancia a la glucosa; hipertensión arterial; dislipemia aterogénica (disminución del colesterol HDL -el bueno- y aumento de triglicéridos); diabetes mellitus y factores de riesgo no tradicionales como el stress, la ansiedad y la depresión comparativamente con hombres jóvenes”.
La principal causa de muerte en la población adulta chilena son las enfermedades cardiovasculares. Entre ellas, el IAM corresponde a la primera causa de muerte y, además, la alta recurrencia en los sobrevivientes determina un elevado costo para el sistema de salud. ¿Qué se siente al tener un infarto?
“Estaba subiendo el Manquehuito cuando empecé a detectar una extraña fatiga cuando no había hecho tanto esfuerzo, una molestia en el brazo izquierdo. Me costaba respirar bien, nunca pensé en un infarto, sin embargo, esto era algo que no era normal en mí. Ya conozco mis mañas y esta no era una de ellas. Cuando llegué a la cima tenía una fuerte presión en el pecho y una gran sensación de ahogo, ahí decidí bajar rápidamente e ir a urgencias a la clínica más cercana”, relata Johnny Méndez.
Tenía 36 años, con una situación física personal que no lo hizo pensar que podría ser un paciente potencial con IAM. Uno de los diagnósticos posibles era un ataque de pánico. Consultaron sobre consumo de drogas, realizaron un examen de eco y electro y toma de pulso que no mostraron alteraciones. Cuando decidieron hacer una angioplastía y detectaron que la dislipidemia había ocasionado una placa en una arteria.
El doctor Delgado detalla que entre los factores de riesgo causales del IAM en jóvenes están “el consumo de sustancias recreacionales e ilícitas; consumo de tabaco; diabetes mellitus II; los lípidos elevados y los antecedentes familiares. Estos factores de riesgo tienen un reconocimiento insuficiente y, por ende, existe una escasez de datos sobre los mismos, por lo que se subestima el riesgo y, por otro lado, existe un incremento de los factores de riesgo modificables o comorbilidades a más temprana edad. Existe evidencia que el 80% a 90% de los jóvenes con un IAM tiene al menos un factor de riesgo tradicional antes del evento”.
Identificar a tiempo un IAM permite acceder a tratamiento adecuado, principalmente con angioplastia y trombólisis, disminuyendo la posibilidad de secuelas si la atención se realiza idealmente antes de cuatro horas de iniciados los síntomas. Para detectar el riesgo cardíaco se realiza una valoración por medio de exámenes clínicos o procedimientos diagnósticos indicados por médicos internistas o cardiólogos.
El doctor Delgado nombra otro efecto importante del IAM, el cual no suele ser destacado: “Las consecuencias del IAM pueden ser devastadoras en jóvenes, por su mayor impacto potencial en la psicología del paciente, la capacidad para trabajar y la carga socioeconómica. Dado que los pacientes con infarto de miocardio «jóvenes» pueden ser el principal productor de ingresos de la familia, sus secuelas también pueden afectar a múltiples dependientes”.
Cifras en Chile
Según información del Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) del Ministerio de Salud sobre hospitalizaciones en servicios de salud públicos, en el año 2019 se atendieron 13.275 pacientes con Infarto Agudo del Miocardio en todo el país (9.251 hombres, 4.024 mujeres). Al año 2020, se atendieron 12.598 personas por esta causa (8.927 hombres, 3.671 mujeres).
La variación entre ambos años fue de -5,1%. Esta baja, que es similar a la que han tenido muchas enfermedades crónicas y atenciones de urgencia en pandemia, preocupa a los especialistas, que han llamado a retomar los controles y acudir a un centro de urgencia ante una emergencia médica como un infarto.
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Equipo Prensa
Portal Prensa Salud