ROCHESTER, Minnesota. Según un nuevo estudio del Centro de Medicina Personalizada en Mayo Clinic, se suele hallar una colonización específica de microbios en el aparato reproductor de las mujeres con cáncer de ovario. Este descubrimiento, publicado en la revista Scientific Reports, refuerza las pruebas de que el componente bacteriano del microbioma (una comunidad de microorganismos que incluye virus, hongos y levaduras) es un indicador importante para la detección temprana, el diagnóstico y el pronóstico del cáncer de ovario.
«Además, determinamos un patrón bien definido que muestra que las mujeres con cáncer de ovario en etapa inicial tienen una acumulación mucho mayor de los microbios patogénicos en comparación con las mujeres con enfermedad en etapa tardía», dice la Dra. Abigail Asangba, una investigadora del microbioma del Centro de Medicina Personalizada. «En las etapas tardías, la cantidad de microbios disminuye. Esta clara señal podría ayudarnos a diagnosticar a las mujeres de forma temprana y salvar vidas, de modo similar a la prueba de Papanicolaou no invasiva que se utiliza para detectar el cáncer del cuello del útero».
En el estudio se indica que una mayor acumulación de microbios patogénicos desempeña una función en los resultados del tratamiento y podría ser un posible indicador para predecir el pronóstico de una paciente y su respuesta a la terapia.
«Analizamos si las pacientes con resultados similares también tenían una composición microbiana parecida antes de comenzar el tratamiento, independientemente de la etapa, el grado o la histología del cáncer, así como otros factores», afirma la Dra. Asangba. «Además, determinamos que las pacientes con una mayor acumulación de microbios patogénicos presentaban resultados más desfavorables en comparación con las pacientes sin acumulación».
El cáncer de ovario es uno de los tipos de cáncer más comunes en las mujeres de todo el mundo. Por lo general, se diagnostica en una etapa avanzada porque en sus inicios la enfermedad suele ser asintomática. Alrededor del 20 por ciento de los casos son consecuencia de mutaciones genéticas, incluidas aquellas en los genes BRCA1 y BRCA2, y el 80 por ciento no tiene una causa determinada.
Para el estudio, los investigadores analizaron muestras de 30 mujeres que se sometieron a una histerectomía para el cáncer de ovario y las compararon con las muestras de 34 mujeres que se sometieron a una histerectomía por una afección benigna. Se utilizó la secuenciación masiva para analizar las muestras, que se tomaron de la parte inferior y superior del aparato reproductor, el líquido peritoneal, la orina y el microbioma anal.
En las mujeres con cáncer de ovario, el equipo observó una colonización de bacterias patógenas, incluidas Dialister, Corynebacterium, Prevotella y Peptoniphilus.
«Se sabe que estos microbios están asociados con otras enfermedades, entre ellas otros tipos de cáncer, pero se debe continuar con los estudios para saber si son un factor desencadenante del cáncer de ovario», dice la autora del estudio, la Dra. Marina Walther-Antonio, una investigadora del microbioma del Centro de Medicina Personalizada en Mayo Clinic y parte del Centro Oncológico Integral de Mayo Clinic. La autora se centra en la salud femenina, en especial en tipos de cáncer ginecológicos.
«El objetivo principal es comprender la función que desempeña el microbioma en los tipos de cáncer ginecológicos. Estamos explorando distintas opciones posibles: la función en la causa de la enfermedad, su empeoramiento y la resistencia al tratamiento», dice la Dra. Walther-Antonio.
El estudio es una ampliación de estudios publicados anteriormente llevados a cabo por la Dra. Walther-Antonio y su equipo que vinculan el microbioma con el cáncer de endometrio. En un estudio, el equipo determinó que un microbio llamado Porphyromonas somerae tiene una función patogénica en el cáncer de endometrio mediante la actividad intracelular.
La Dra. Walther-Antonio afirma que, al identificar las características distintivas del microbioma para predecir el desarrollo de neoplasias malignas, se podría intervenir antes de que el cáncer tenga la oportunidad de materializarse.
«Nuestro último estudio es un gran paso hacia la comprensión del posible pronóstico del microbioma y nos acerca aún más a ayudar a nuestras pacientes», dice la Dra. Walther-Antonio.
Este trabajo recibió el apoyo de una subvención para el desarrollo de carrera de los Programas Especializados de Excelencia en Investigación (SPORE, por sus siglas en inglés) de cáncer de ovario de Mayo Clinic (subsidio P50 CA136393 de los Institutos Nacionales de Salud), la Minnesota Ovarian Cancer Alliance y el subsidio KL2TR002379 del programa CTSA del National Center for Advancing Translational Sciences.
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