Estudios han relacionado la enfermedad de las encías con partos prematuros y bebés con bajo peso.

 

No cabe duda de que proteger la salud de la mujer durante el embarazo es fundamental, sin embargo pocas veces esa idea se asocia con el cuidado dental, un tema que es clave para el bienestar de la madre y su hijo. De hecho, se estima que hasta el 18% de los nacimientos prematuros y con bajo peso pueden ser provocados por la enfermedad periodontal, que es una infección crónica de las encías. De ahí la relevancia de procurar tratamientos adecuados, que permitan reducir estos riesgos, hacer que la madre se sienta cómoda y  mantener al bebé sano. ¿Cuáles son esas medidas? Desde Clínica OLA, centro referente en ortodoncia lingual, comparten siete consejos a considerar en esta etapa.

 

Actúa anticipadamente. La primera recomendación es visitar al dentista cuando se está en planes de quedar embarazada o tan pronto como sea posible una vez que eso se concrete. El especialista comprobará si hay caries, enfermedad de las encías u otros problemas, y proporcionará las indicaciones necesarias. Dado que el embarazo exige atenciones especiales, es prioritario informar al respecto al especialista y su equipo.

 

Mejora tus hábitos de higiene. Es menos probable tener problemas dentales durante el embarazo si se mantiene una correcta limpieza. Cepillarse los dientes al menos dos veces al día con pasta con flúor, usar hilo dental entre ellos, ocupar un enjuague bucal antimicrobiano, cepillar la lengua diariamente para ayudar a eliminar las bacterias y acudir al dentista para chequeos regulares, son algunas de las conductas favorables.

 

Pon atención a los principales problemas que pueden aparecer. El embarazo puede hacer que algunas mujeres sean susceptibles más a la gingivitis (inflamación de las encías) o periodontitis (infección que afecta tanto encía como el hueso que soporta los dientes), cuyos síntomas incluyen hinchazón de las encías y sangrado, mal aliento, movilidad dentaria, entre otros. Los cambios hormonales, además, hacen que exista más riesgo,  debido a que las bacterias que tienen mayor potencial de generar estas infecciones en muchos casos se nutren de estas hormonas que llegan a través de la sangre. Asimismo, otra condición que ocurre durante el embarazo corresponde al reflujo gástrico, especialmente debido a las náuseas matutinas, lo cual repercute también en la dentadura favoreciendo la acidez de la boca. Otro escenario habitual es que cepillarse los dientes, sobre todo los molares, provoque arcadas. Para eso, una buena idea es usar un cepillo con una cabeza pequeña y reducir la velocidad de los movimientos.

 

Cuida tus antojos. Es común que se experimenten ansias inusuales de comer alimentos azucarados, lo cual incrementa el riesgo de caries. Por eso es mejor elegir opciones bajas en este ingrediente o bien alternativas frescas como la fruta. De cualquier modo, es fundamental lavarse la boca con un enjuague sin alcohol después de estos snacks y procurar definir la pauta de alimentos en conjunto con un experto en nutrición.

 

Refuerza algunos nutrientes. Potenciar la ingesta de alimentos ricos en calcio, vitamina B-12, vitamina C y vitamina D durante el embarazo contribuirá a proteger la  masa ósea y cubrir las necesidades nutricionales del bebé en desarrollo. Para esto, es crucial asesorarse de un profesional dedicado a la nutrición, a fin de crear una pauta acorde a las necesidades de la madre y su hijo.

 

No descartes un tratamiento de ortodoncia.  En el caso de la técnica lingual, que es totalmente invisible porque se utilizan brackets personalizados y a su vez más pequeños que van fijos en la parte posterior del diente, la higiene se puede ver favorecida si se usan los instrumentos y técnicas indicadas por el especialista en periodoncia. Esto, junto con los controles periódicos, puede ser un gran aporte a la salud dental durante los meses de espera y por supuesto al estado anímico asociado a una bonita sonrisa.

 

Olvida los mitos: Por muchos años se instaló la idea de que durante el embarazo se descalcifican los dientes y que, por esta razón, estos podrían perderse a causa de las caries.  Eso no es cierto y el hecho de que algunas mujeres embarazadas aumenten su riesgo de caries y lleguen a perder piezas tiene mayor relación con un incremento de bacterias potencialmente infecciosas o, en muchos casos, la existencia una enfermedad periodontal previa.

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