Por: Asociación Industrial de Laboratorios Farmacéuticos (Asilfa)
Un año más celebramos el Día Panamericano de los Químicos Farmacéuticos y vale la pena reflexionar ¿hacia dónde se encamina esta profesión?
En Chile, desde el siglo XVI con los llamados boticarios, los profesionales de química y farmacia han cumplido un rol preponderante en el bienestar y la salud de los pacientes. Solemos ser una fuente cotidiana de consulta ante alguna dolencia y las personas confían en nuestro consejo.
Por este motivo, no es sorpresa que hoy sea una de las carreras con mayor empleabilidad en el país y la proyección es alentadora. De acuerdo con un estudio de la Universidad Bernardo O’Higgins, con antecedentes del Servicio de Información de la Educación Superior, la carrera con mayor empleabilidad para 2030 es Química y Farmacia, con 99% al primer año de egreso.
La ciencia y la tecnología aplicada a la medicina avanza a pasos agigantados con el propósito de prevenir y tratar nuevas enfermedades o variantes de ellas. Y es ahí donde los químicos farmacéuticos cumplen un rol fundamental, tanto en el área de investigación y desarrollo de medicamentos como en el control de calidad de estos, la producción farmacéutica, la investigación clínica, la farmacovigilancia, entre otros campos.
La pandemia del Covid nos enseñó que existen muchos desafíos en el área de la salud y que este tipo de emergencias requieren de especialistas que cuenten con las capacidades de obtener resultados rápidos pero efectivos y eficaces. Los químicos farmacéuticos no somos la excepción. La salud y vida de las personas son el foco de toda atención médica y farmacéutica, por lo tanto, la ética debe estar siempre presente en nuestra profesión.
Por todo esto, es relevante que las casas de estudios que imparten esta carrera cuenten en sus mallas curriculares no sólo las asignaturas habituales para formar a un químico farmacéutico, sino que consideren la integración de las nuevas tecnologías (como inteligencia artificial), herramientas de liderazgo e innovación.
El futuro de esta profesión depende de nuestra capacidad de adaptación a un rubro cambiante y desafiante. Nosotros somos el puente, la respuesta entre el diagnóstico y la sanación de los pacientes. Ellos confían en nosotros y debemos responder acorde a estos tiempos.
Equipo Prensa
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