• Mientras uno de los temas recurrentes en período estival son las vacaciones, hay miles de trabajadores en Chile que, por diversas razones, no tienen esa opción y se enfrentan a duros efectos producto de la ausencia de este merecido descanso cuyas consecuencias, como la privación del sueño, pueden gatillar incluso una diabetes.

Las vacaciones, más que un gusto, son una necesidad y tras un año laboral suele ser uno de los momentos más esperados por las y los trabajadores para descansar y salir de la rutina diaria. Así lo destacan en el Departamento de Prevención del Instituto de Seguridad Laboral (ISL), cuyos profesionales advierten que no darle el sitio que corresponde a este derecho puede ocasionar problemas en la salud física y mental de las personas.

De hecho, no descansar en períodos de calor, a mediano o largo plazo, implica “efectos secundarios que para la salud pueden ser sorprendentes. Trabajar demasiado duro sin vacaciones puede conducir a la privación del sueño, una causa común de diabetes, obesidad, depresión, inmunidad reducida, entre otros padecimientos”, explicó la experta psicosocial del ISL, María Soledad Elizalde.

Lo primero que hay que entender, es que el tiempo libre no significa sentarse a hacer nada, debido a que la inactividad puede ser tan dañina como padecer estrés laboral. “Tener tiempo libre significa dedicarle horas a actividades creativas, sociales o lúdicas que no generan un estrés adicional, sino más bien placer”, destacó la profesional.

Tener tiempo libre de calidad permite lograr un equilibrio entre la agitada rutina moderna y el bienestar personal, como una herramienta esencial para lograr una vida plena. Entre sus beneficios se encuentran:

–      Salir de la rutina o monotonía de la vida cotidiana.

–      Renovar fuerza y energía, tanto física como mental.

–      Incrementar la autoestima y la realización personal.

–      Establecer relaciones más estrechas y afectivas.

–      Incrementar el sentimiento de pertenencia en un grupo.

–      Contribuir al crecimiento intelectual, artístico, cultural o incluso compensar insuficiencias de aprendizaje.

Descanso óptimo

En Chile, contamos con 15 días hábiles de vacaciones laborales al año (salvo en las regiones de Aysén, Magallanes y Antártica Chilena y en la Provincia de Palena, en que el feriado es de 20 días), al igual que en países como Colombia, Guatemala y Venezuela. De acuerdo a datos recopilados por la plataforma de empleos Trabajando.com, quienes no corren la misma suerte son las y los trabajadores de países como Estados Unidos y Japón quienes tienen 10 días hábiles al año, o México con tan solo seis días hábiles (y se aumenta dos por cada año trabajado hasta llegar a 12 días). Esto, a diferencia de quienes ejercen sus funciones en países como Francia, Finlandia y Reino Unido, con hasta 30 días de descanso anuales.

En relación al periodo con el que contamos en nuestro país, la experta psicosocial del ISL recomienda, en la medida de lo posible, tener dos períodos de vacaciones durante el año calendario. Uno de aquellos debe ser de al menos dos semanas, para lograr algún grado de desconexión de la rutina y responsabilidades laborales, priorizando espacios de silencio tecnológico para conectarse con las propias necesidades, escuchando el cuerpo y la mente.

También recomienda dividir las vacaciones en dos períodos, para así “disminuir el síndrome postvacacional y, al ser dos al año, permite jugar con las expectativas y el beneficio que supone la planificación misma de las vacaciones”.

Riesgos

En Chile se ha consolidado la idea de que muchas de las posibilidades de vivir el ocio y la recreación son un lujo. Sin embargo, María Soledad Elizalde explicó que “así como tenemos que dormir ocho horas diarias para descansar y reponer energía, por salud, también debemos tomar vacaciones al menos una vez al año”. Se trata de “un espacio fundamental para la salud mental, física, familiar y social; y, de esta manera, salir de la rutina, refrescar la mente y renovar las fuerzas”, agregó.

Desde el ISL advierten que algunos de los síntomas más habituales que se generan producto del desgaste y agotamiento son: fatiga, estrés, aburrimiento, soledad, apatía, automatismo e incluso, padecer alguna enfermedad mental, como depresión, ansiedad o cuadros mixtos.

Elizalde expuso que la falta de un descanso como corresponde también es un elemento que deben considerar los empleadores, pues “además, puede impactar negativamente en el desempeño laboral, al aumentar la probabilidad de cometer errores o sufrir accidentes”. Y “lo más alarmante es que el exceso de trabajo puede conducir a un accidente cerebrovascular, tanto en hombres como en mujeres”. 

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