Al ser despedido, una persona puede reaccionar de diferentes maneras. Marcela Mora, Jefa de Carrera de Psicología UCSC explicó cómo se enfrenta este proceso de desvinculación laboral.

 

Tras el cese de operaciones de la Siderúrgica Huachipato, ya son más de 100 personas despedidas, quienes eran contratistas de la empresa siderúrgica. Por lo mismo, los trabajadores se han movilizado durante las últimas semanas para expresar su descontento y preocupación por el futuro laboral de la zona.

Ante esta incertidumbre, la Jefa de Carrera de Psicología UCSC, Marcela Mora, señaló que “los seres humanos nos sentimos desprotegidos y vulnerables, con temor hacia el futuro, por lo tanto, es muy relevante ofrecer contención, es decir, saber que existe la disposición y posibilidad de poder acceder a atención de salud mental, para quienes así lo requieran”.

“Cuando se pierde la base de seguridad que nos genera el tener ingresos económicos de forma estable, necesitamos sentir que no perdemos la seguridad en todos los ámbitos de la vida y que si bien se cierra una puerta, también la vida nos puede ofrecer nuevas oportunidades”, agregó Mora.

Síntomas

Los procesos de desvinculación laboral presentan respuestas emocionales similares a las de un duelo. La experta explicó que “la intensidad emocional de estas reacciones está estrechamente relacionada con las características de personalidad de cada individuo, con lo que esté ocurriendo en su entorno familiar inmediato, su situación socioeconómica, entre otros”.

Siempre va a existir diversidad en los síntomas que presenten considerando que un grupo muy importante de personas está enfrentando la misma situación en este momento. Algunos pueden sentir angustia, sentimientos de injusticia, desamparo, miedo al futuro, desconfianza y múltiples somatizaciones. La psicóloga destacó que “si estas dificultades no son abordadas a tiempo, pueden llegar a configurar a futuro una problemática de salud mental más compleja de abordar”.

“Las creencias que las personas tienen en relación al trabajo y el valor que se le otorga a éste es un factor diferenciador cuando evaluamos la forma de enfrentar la pérdida de éste. Por ejemplo, es diferente la respuesta de una persona que considera que le será muy difícil reubicarse en otra Institución y que además posee una baja autoestima, a la de un individuo que cree que este tipo de pérdidas son parte de los posibles escenarios que podemos enfrentar durante nuestra vida”, comentó.

Recomendaciones

Es fundamental que el círculo familiar de un trabajador los apoye y acompañe, pues es importante que los apoyes se brinden de forma oportuna, es decir, cuando la necesidad se presenta y no cuando la persona debió incurrir en un gasto de energía y/o económico para poder enfrentar de mejor manera este proceso.

“En el caso de no recibir apoyo y contención cuando se necesita, las personas instalan una sensación de desamparo, lo que a la larga puede convertirse en un problema de salud mental”, sentenció.

Si bien, no se puede generalizar y pensar que las respuestas emocionales de todos los trabajadores desvinculados serán las mismas, debemos atender a los diversos factores como “la presencia o ausencia de redes de apoyo, las dificultades previas de salud mental, características de personalidad, cuál es el grado de desarrollo personal que ese individuo posee, experiencias previas enfrentando situaciones de crisis, influyen en cómo cada uno de nosotros hace frente a las crisis que vivimos a lo largo de la vida”, cerró Mora.

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