Durante los últimos años se ha visto un aumento de casos de hipertensión arterial entre adultos jóvenes, especialmente aquellos en la franja de los 30 años, una condición anteriormente asociada con personas mayores.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) 1.280 millones de personas mayores de 30 años viven con hipertensión. “La hipertensión arterial, afecta a millones de personas en todo el mundo, muchas de las cuales desconocen su condición debido a la ausencia de síntomas evidentes en etapas iniciales”, explica la Dra. Eliana Reyes, directora de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de los Andes.
Sin embargo, los especialistas advierten que, cuando se presentan, estos síntomas pueden incluir dolores de cabeza persistentes, mareos, alteraciones visuales, zumbido en los oídos, fatiga inusual, dificultad respiratoria y palpitaciones cardíacas.
«La falta de síntomas claros es precisamente lo que hace tan peligrosa esta condición, especialmente entre adultos jóvenes que suelen postergar sus chequeos médicos«, agrega la Dra. Eliana Reyes.
Factores de riesgo y cómo prevenirlo
El incremento de la hipertensión en personas de 30 años está vinculado a diversos factores como estilos de vida sedentarios, consumo excesivo de alimentos procesados y sal, niveles elevados de estrés laboral y personal, trastornos del sueño y mayor consumo de alcohol y tabaco.
«Mantener un peso saludable, realizar al menos 150 minutos de actividad física semanal, seguir una dieta equilibrada baja en sodio y gestionar adecuadamente el estrés son medidas fundamentales para prevenir la hipertensión«, explica la directora de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de los Andes.
Una de las la dietas recomendadas es la DASH (por sus siglas en inglés Dietary Approaches to Stop Hypertension), rica en frutas, verduras y baja en grasas saturadas, como una estrategia alimentaria efectiva para controlar la presión arterial.
“La dieta DASH busca reducir la presión arterial alta y consiste principalmente en una dieta rica en frutas, verduras y granos integrales. Incluye lácteos bajos en grasa, carnes magras, pescados y aves. Limita el consumo de carnes rojas, azúcares y grasas saturadas y reduce significativamente el consumo de sal”, comenta la Dra. Eliana Reyes, nutrióloga y académica UANDES.