Ignacio Astudillo Director Magíster en Kinesiología Músculo-Esquelética Aplicada Universidad de Las Américas UDLA
Ignacio Astudillo Director Magíster en Kinesiología Músculo-Esquelética Aplicada Universidad de Las Américas UDLA

Los problemas musculoesqueléticos siguen siendo una de las principales causas de consulta y ausentismo laboral en Chile. Esta realidad, que afecta transversalmente a la población, nos obliga a mirar más allá de los factores biológicos tradicionales y reconocer que los mayores retos están asociados a los hábitos de vida. El sedentarismo y la obesidad, más que la genética o el sexo, determinan en gran medida la aparición y persistencia de estas condiciones. Modificar hábitos es una tarea difícil, pero es precisamente ahí donde el rol del equipo interdisciplinario cobra sentido y urgencia.

En los últimos años, la comprensión del dolor ha sufrido un cambio profundo. Sabemos hoy que el dolor no es solo una respuesta mecánica frente a un daño orgánico, sino un constructo influido por las experiencias, emociones y creencias de cada persona. Esto exige que estemos atentos a indicadores como la kinesiofobia y el catastrofismo, elementos que pueden intensificar o perpetuar el dolor. Abordar esta complejidad requiere integrar la educación en neurociencias del dolor como herramienta fundamental.

A esto se suma un desafío que enfrentamos día a día en la práctica clínica: la adherencia al tratamiento. No basta con que un paciente llegue puntualmente a su sesión, es indispensable que complete su proceso de rehabilitación. Muchos abandonan antes de tiempo, dejando su recuperación inconclusa. Para revertir esto se necesitan tratamientos más empáticos, efectivos y atractivos, capaces de motivar al paciente a sostener su proceso hasta alcanzar sus objetivos funcionales.

La evaluación integral es otra pieza clave. Evaluar bien no es evaluar más, sino evaluar con claridad. La kinesiología musculoesquelética debe orientarse siempre hacia la funcionalidad, no hacia la estructura. Los objetivos cobran sentido cuando están alineados con lo que el paciente necesita para desenvolverse en su vida cotidiana, no únicamente con lo que muestra una imagen diagnóstica.

En un país donde el sedentarismo y las enfermedades asociadas al estilo de vida siguen en aumento, un aporte central de nuestra disciplina es enfrentar el miedo al movimiento. La kinesiofobia es más que temor a moverse: es la creencia profunda de que el movimiento empeorará la situación. Si no logramos acompañar a las personas a superar esa barrera, la rehabilitación se vuelve extremadamente difícil. El movimiento, bien guiado, es medicina.

Sin embargo, para avanzar de manera sostenida, no basta con mejorar las estrategias clínicas. Es necesario fortalecer el acceso. Contar con más kinesiólogos musculoesqueléticos en el sistema de salud permitiría reducir las listas de espera y ofrecer una atención más oportuna. Y, en paralelo, debemos abrirnos a innovaciones que ya están transformando nuestro campo. La rehabilitación con realidad virtual —inmersiva o no inmersiva— se perfila como una herramienta clave, especialmente en el manejo del dolor crónico, ya que permite motivar, desafiar y acompañar al paciente con experiencias dinámicas y significativas.

El futuro del tratamiento musculoesquelético en Chile depende de nuestra capacidad para integrar hábitos saludables, educación en dolor, adherencia, evaluación funcional, acceso oportuno e innovación tecnológica. Solo así podremos responder a las necesidades reales de la población y avanzar hacia una rehabilitación más humana, efectiva y cercana.

Ignacio Astudillo Director Magíster en Kinesiología Músculo-Esquelética Aplicada Universidad de Las Américas UDLA

 

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