En el marco del Día Internacional del Autocuidado (24 de julio), Clínica Áurea entrega una guía médica-estética especializada para cuidar la piel durante el invierno, una de las estaciones más exigentes para la salud cutánea. El frío, la menor humedad ambiental, los cambios bruscos de temperatura y el uso prolongado de calefacción afectan directamente la barrera cutánea, provocando deshidratación, enrojecimiento, sensibilidad y una notable pérdida de luminosidad.
“En invierno, muchas personas notan su piel más tirante, apagada o reactiva. Esto se debe a que la piel pierde agua más fácilmente y su capacidad de regeneración se ve comprometida. Por eso es importante reforzar los cuidados, adaptando tanto la rutina de productos como los tratamientos profesionales”, explica la Dra. Andrea Cortés, dermatóloga de Clínica Áurea.
Una temporada ideal para regenerar y reparar
Contrario a lo que muchos piensan, el invierno es el momento ideal para realizar ciertos tratamientos médico-estéticos, especialmente aquellos que requieren evitar la exposición directa al sol o necesitan tiempo de recuperación. Según la especialista, los tratamientos más recomendados para esta temporada son:
- Skinboosters de ácido hialurónico: microinyecciones que actúan como hidratación profunda desde el interior, mejorando la elasticidad, suavidad y textura de la piel. Es ideal para prevenir el envejecimiento prematuro y restaurar el brillo natural.
- Tratamientos con luz pulsada intensa: una innovación en medicina estética que estimula la producción de colágeno, mejora la luminosidad y contribuye a reducir manchas. “Su uso en pieles sensibles o con tendencia al acné ha mostrado excelentes resultados, sobre todo en combinación con protocolos que cuidan la barrera cutánea y promueven la regeneración progresiva”, indica la Dra. Cortés.
- Mesoterapia con vitaminas: un boost antioxidante que refuerza la piel frente al estrés ambiental, mejorando la vitalidad y previniendo la aparición de líneas finas.
Autocuidado más allá del rostro
Desde Clínica Áurea también hacen un llamado a considerar el cuidado integral, incluyendo zonas como el cuello, escote y manos, que suelen ser olvidadas y también sufren los efectos del invierno. Asimismo, destacan la importancia de complementar cualquier tratamiento con hábitos saludables: una correcta hidratación oral, uso de protector solar (incluso en días nublados), alimentación rica en antioxidantes y descanso reparador.