En la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, es esencial considerar el rol de las mujeres en cargos de liderazgo. En una era que se dirige hacia la paridad de género, la inclusión de talento femenino diverso en las esferas de la alta dirección no solo es una cuestión de justicia, sino también una condición indispensable para el avance y la renovación.
A lo largo de la historia, las mujeres han librado una batalla constante por su reconocimiento en la sociedad. Desde la reivindicación del sufragio femenino hasta la conquista de terrenos en la política, la ciencia y el arte, la travesía hacia el liderazgo ha estado llena de desafíos. No obstante, conforme nos adentramos en el siglo XXI, los obstáculos empiezan a ceder, abriendo camino a una nueva era en la que las mujeres no solo participan, sino que también se destacan con distinción en roles de liderazgo.
Su importancia en posiciones de liderazgo va más allá de la mera representación. Un aspecto preocupante destacado en el informe «Women in Business 2023» de Grant Thornton, es la lentitud en el avance de las mujeres hacia puestos de liderazgo senior. Aunque la proporción global femenina en cargos directivos ha aumentado ligeramente al 32.4%, este incremento de solo medio punto porcentual desde 2022, sugiere un progreso preocupantemente lento. A este ritmo, se estima que solo el 34% de los puestos de liderazgo senior estarán ocupados por mujeres en 2025. Este dato refleja la necesidad imperativa de acelerar los esfuerzos para cerrar la brecha de género en el liderazgo.
Así, se vuelve crucial destacar la importancia de políticas corporativas y gubernamentales que promuevan la igualdad de oportunidades, tales como mentorías, programas de mando femenino y medidas de conciliación de la vida laboral y personal. Ejemplos como Nueva Zelanda, que entre 2017 y hasta febrero de 2023 fue dirigido por Jacinda Ardern, demuestran el impacto positivo que puede tener el liderazgo femenino en la gestión de crisis y el desarrollo de políticas inclusivas y efectivas.
En conclusión, aunque las mujeres han logrado avances significativos en su participación en posiciones de liderazgo, aún queda un largo camino por recorrer. El Día Internacional de la Mujer nos recuerda la importancia de seguir trabajando por una representación equitativa en todos los niveles de decisión, no solo como un asunto de justicia social, sino como un requisito indispensable para el desarrollo sostenible y equitativo de nuestras sociedades. La evidencia es clara: el liderazgo inclusivo no es solo lo correcto, es lo inteligente.
Iryna Harustovich General Manager Healthcare Merck Chile
Equipo Prensa
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