Cultivando la Fortaleza Interna: 

Hace pocos días tuve una conversación con mi hija que ya tiene 19 años y está en su primer año de universidad. Si bien yo sabía que todo el proceso había sido complejo, sentí que estaba cayendo en lo que se define como indefensión aprendida, que en términos simples es cuando una persona siente que no tiene control sobre las situaciones de su vida, incluso cuando sí tiene la capacidad de cambiarlas. Esto puede llevar a sentimientos de desesperanza y pasividad. Por ejemplo, en el caso de mi hija sus notas no eran buenas e intentaba resolver un problema una y otra vez sin éxito, por lo que cayó su motivación y autoestima. Y esto último es la clave de esta columna, cómo les damos herramientas a nuestro hijos para trabajar en su auto conocimiento y sana auto estima.

Los niños, niñas y adolescentes enfrentan una multiplicidad de desafíos distintos a los que vivimos en la década de los 80 o 90 y esto está afectando su desarrollo emocional y psicológico. Desde la omnipresencia de la tecnología hasta las demandas académicas cada vez mayores, los pequeños del siglo XXI a menudo luchan por mantener una sensación de valía y competencia en un mundo en constante cambio. En este contexto, trabajar en la autoestima, autoconcepción, autoconfianza, autoapreciación y autoliderazgo emerge como una necesidad crucial para su bienestar integral. Estas cinco dimensiones de competencias son claves para trabajar con nuestros hijos e hijas el auto conocimiento.

Los beneficios de una autoestima saludable son vastos y significativos. Los niños y niñas que se valoran a sí mismos tienden a ser más resilientes, capaces de enfrentar los contratiempos con determinación y optimismo. Además, poseen una mayor sensación de control sobre sus vidas, lo que les permite tomar decisiones informadas y actuar con independencia. Estos niños y niñas son más propensos a establecer relaciones interpersonales sólidas y a tomar la iniciativa en diversas situaciones sociales, lo que contribuye a su bienestar emocional y social.

Una baja autoestima puede tener consecuencias devastadoras. Desde sentimientos de frustración y tristeza hasta una disminución en el rendimiento académico y dificultades para establecer relaciones saludable. Los efectos negativos de una autoimagen negativa son profundos y duraderos y hasta que somos adultos muchos seguimos trabajando en nuestra sana auto estima para avanzar en la vida. 

Fomentar la amistad y el apoyo social es fundamental para su desarrollo emocional, ya que tener amigos que los acepten y los apoyen incondicionalmente puede ser un factor clave en la construcción de su autoestima.

Algunas ideas para trabajar en familia:

Por supuesto, aquí tienes una lista de acciones que pueden ayudar y acciones que es mejor evitar al trabajar en el desarrollo de la autoestima de los niños:

Lo que hay que hacer:

  1. Reconocer y elogiar los esfuerzos y logros de los niños y niñas de manera genuina y específica.
  2. Ayudarlos a descubrir sus intereses, fortalezas y valores, alentándolos a explorar nuevas actividades y desafíos que promuevan su crecimiento personal.
  3. Estar presentes emocionalmente, escuchándolos activamente, validando sus sentimientos y brindando consuelo y orientación cuando sea necesario.
  4. Permitir que tomen decisiones y asuman responsabilidades apropiadas para su edad.
  5. Ayudarlos a desarrollar estrategias saludables para lidiar con el fracaso, manejar el estrés y resolver conflictos de manera constructiva, fortaleciendo su resiliencia emocional.
  6. Facilitar oportunidades para que construyan relaciones positivas con sus compañeros y adultos significativos, promoviendo un sentido de pertenencia y aceptación.
  7. Ser un modelo al demostrar una actitud positiva hacia uno mismo, aceptar los propios errores y celebrar los logros personales y los de los demás.

Lo que no hay que hacer:

  1. Evitar el elogio excesivo o vacío que no esté vinculado a esfuerzos o logros específicos, ya que puede socavar la credibilidad de los elogios y la motivación intrínseca.
  2. Evitar comparaciones desfavorables, ya que esto puede minar su autoestima y generar sentimientos de inferioridad y competencia poco saludables.
  3. No desestimar o minimizar sus sentimientos, ya que esto puede socavar su confianza en sí mismos y dificultar la expresión emocional.
  4. Evitar sobreprotegerlos a o hacer por ellos lo que son capaces de hacer por sí mismos, ya que esto puede debilitar su sentido de competencia y autonomía.
  5. No pasar por alto las señales de una baja autoestima, como la falta de interés en actividades que solían disfrutar o cambios en su comportamiento, y buscar apoyo y orientación cuando sea necesario.

Arnaldo Canales, Director Ejecutivo ONG Liderazgo Chile. 

www.flich.org

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