Esteban López Director Departamento de Morfología y Función Universidad de Las Américas

A propósito de lo sucedido a Brian May, mítico guitarrista de la banda Queen, quien sufrió un accidente cerebro vascular (ACV), vale la pena conocer de qué estamos hablando, sobre todo por el inicio súbito de sus síntomas que son necesarios de reconocer para aumentar las posibilidades de tener una mejor recuperación.

La sigla ACV, se refiere a un accidente cerebro vascular, una emergencia médica y una de las primeras causas de muerte en Chile. En palabras simples, esta es una lesión cerebral de desarrollo rápido y con más de 24 horas de duración. Se puede producir de dos formas: cuando le falta oxígeno a una porción del cerebro, conocido como accidente isquémico, o cuando parte del cerebro sufre una hemorragia siendo este un accidente hemorrágico. De ellos, el primero es el más frecuente, sin embargo, el segundo descrito es el más letal.

Este accidente cerebral es una emergencia médica de instalación súbita, de hecho, May comentó que de un momento a otro perdió el movimiento de su brazo izquierdo. Por ello, es necesario reconocer sus signos principales. Para ello existe en inglés una sigla fácil de recordar y que permite comprobar la presencia de un ACV en desarrollo: “FAST” que relaciona alteraciones en la cara (Face), brazo (Arm), el habla (Speech) y el tiempo (Time). Si están presentes, hay un ACV en curso.

¿Por qué tiene tantos efectos negativos? Esto es porque nuestro cerebro con millones de neuronas que se encargan de cumplir nuestras funciones como pensar, hablar o caminar, y sensitivas, de la visión y emocionales, que funcionan sinérgicamente como una red. Es nuestra supercomputadora que necesita gran cantidad de energía y nutrientes que consigue gracias a una compleja red de arterias, las que pueden ser alteradas por un amplio listado de factores de riesgo. 

En Chile casi el 90% de los ACV son isquémicos y no mortales en su mayoría, pero si dejan secuelas, como dificultades de movimiento (como a May) para caminar, o incluso, en casos graves la persona puede quedar dependiente para las actividades básicas de la vida. 

Los factores de riesgo en Chile son muy claros: obesidad, tabaquismo, diabetes, colesterol alto, siendo lejos la hipertensión arterial el factor de riesgo más común.

¿Qué hacemos si ya se produjo? Gracias a la neuroplasticidad cerebral se pueden recuperar muchas funciones a través de la intervención de un equipo interdisciplinario de salud y de la familia. Esto con el desafío maravilloso de recobrar lo mejor de ese usuario, buscando crear nuevas redes neuronales que reemplacen a las perdidas y le permitan una mayor independencia a la persona con el objetivo de reinsertarse en una sociedad que debe ser inclusiva y empática. 

Por todo ello, la promoción, prevención y tratamiento de los factores de riesgo para esta y otras enfermedades, es vital en una población chilena que envejece.

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