- El estrés crónico producto del empleo está presente en un 49% de los trabajadores. Esta problemática dificulta que las empresas puedan retener los talentos, lo cual incide notablemente en la productividad y sostenibilidad de estas.
Santiago, 11 de abril de 2025.- La salud emocional de los trabajadores ha dejado de ser un tema periférico para convertirse en una prioridad estratégica en la gestión de personas. Según datos entregados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la tasa de rotación laboral en Chile se situó en un 30% a mitad de 2024, siendo mayor en hombres (32,5%) que en mujeres (26,4%). En paralelo, un estudio global realizado por ManpowerGroup reveló que el 49% de los trabajadores experimenta niveles significativos de estrés diario, lo que evidencia un fenómeno transversal que requiere determinaciones desde las organizaciones.
En este escenario, prevenir el burnout y promover una cultura de bienestar emocional ya no es solo una buena práctica, sino una condición para la sostenibilidad y competitividad de las empresas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el burnout como un fenómeno ocupacional derivado del estrés laboral crónico no gestionado adecuadamente. Sus consecuencias se traducen en desmotivación, ausentismo, baja productividad y, en última instancia, en una mayor rotación laboral.
“Hoy, las organizaciones que no abordan el bienestar emocional de sus equipos de manera estructural y estratégica corren un riesgo directo de perder talento clave. El burnout puede impactar la salud del colaborador, como también en la eficiencia operativa, la innovación y la sostenibilidad del negocio”, Marisol Aguayo, Directora de Talent Solutions Right Management En ManpowerGroup Chile.
Este fenómeno es un poco más complejo entre las nuevas generaciones. El mismo estudio de ManpowerGroup indica que el 47% de los trabajadores de la Generación Z considera dejar su empleo actual en los próximos seis meses. Las principales razones apuntan a la falta de oportunidades de desarrollo y a entornos laborales que no priorizan su bienestar integral.
“En un entorno laboral cada vez más desafiante, el bienestar emocional debe ser entendido como un habilitador de productividad, engagement y retención. No es un beneficio adicional, sino un pilar de la estrategia de capital humano”, sostiene Aguayo.
Frente a este panorama, es fundamental que las compañías avancen hacia modelos de gestión de personas más integrales y centrados en el bienestar.
“Para enfrentar la rotación y el agotamiento, las empresas debiesen avanzar hacia modelos de gestión de personas que integren indicadores de clima laboral, programas de acompañamiento psicológico y formación en liderazgo empático. Esto fortalece la marca empleadora y optimiza los resultados de negocio”, explica Aguayo.